Atentado contra la moral en la Gaiata 11, por Manu Wau

¡Sexo, drogas y Mortadela en barra!

Estábamos en el concierto de Aspencat, cerca del pogo, cuando las drogas empezaron a hacer

efecto. Recuerdo que Alba comentó sobre que los del grupo iban vestidos como los Back Street

Boys, yo me limité a contestar que el que cantante “negro” de La Gossa Sorda, materializado

en el escenario desde no sabemos cuánto tiempo, tiene un punto gay. Sara ''Porros'' me gruñó

por ofensas a los sagrados profetas de la causa catalana. He tenido suficiente trompetita esta

noche. Ya no tengo quince años ¿Dónde está mi bota?

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¡Las drogas! ¡Mi fin! No puedo… ¡Coño si es López!

No sé cómo hemos llegado hasta aquí pero seguro que no es legal. Invito a una cerveza al

camarero del Pingüino, las cosas de la nostalgia y la borrachera. En un austero pero molón

escenario nos dan pa’l pelo “Envergadura”. “Eh, En-verga-dura ¡ya lo pillo! ¿Qué mente

preclara ha hecho esa observación tan aguda? Espera, puede que haya sido yo . El grupo lo

lidera López del sombrero de paja madalenero, quien berrea punkitud al ritmo de una banda de

la que sólo recuerdo a un Doraemon con una Gibson colgada y rascandola como si fuese el último

capítulo. -¿ Crees que guarda las púas en la butxaca? – Las púas y el tabaco tronco. ¿Quién ha

dicho eso? La batería acelera. Codazo en mi boca. Alguien ha violado la caja de Pandora.

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La degeneración se vuelve colectiva, catártica y liberadora. Envergadura toca a toda tralla

"Mercadooooona Mercadona". Vuelo desde lo alto del escenario. El Dr.Octane pelea un pogo a

vida o muerte contra un negro elegante (más que elegante chulo putas, pero que desentonaba

allí, vaya). Desde el aire pienso que el derrotado será violado por su ejecutor. Un carro de la

compra conducido por un borracho y ocupado por otro borracho irrumpe frenético y a toda

velocidad por entre el público ¡El Señor Lobo está en el pogo! Alba se ha levantado la camiseta ¡Orgía

porfia! Miro hacia atrás temiendo que la única resolución posible a esto sea que un tsunami

de kalimotxo derribe la gaiata (días más tarde mi colega Diego me conto que lo que pasó es que les

apagaron el micro) En cualquier caso llegamos al extasis sin por ello convertirnos en estatuas

de sal. Ellos eran Envergadura.

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Nota a una crónica delirante y una pregunta:

Después del concierto la organización de la gaiata repartió premios a los grupos que habían

tocado esa noche (al parecer habían tocado tres y como High Octane Monsters es un blog serio

y riguroso mandamos desde aquí un saludo). Envergadura quedaron en tercer lugar pero se

llevaron un salchichón y la ovación del público que todavía caliente coreó “tongo, tongo”. En

cualquier caso no sé qué grupos tocaron antes, ni si me gustan o no. Tampoco puedo jurar

que si ahora escuchara a Envergadura me fueran a producir la misma sensación que aquella

noche (por ese mismo temor he resuelto no saber ni investigar en internet). En cualquier caso

mi pregunta es ¿No es reseñable e incluso loable que un grupo de música pueda hacernos vivir

este tipo de atmosferas tan delirantes? ¿No consiste en eso el rock , en cierto modo? ( El rock

consiste en eso, en mil millones de cosas más y en nada,por eso nos gusta) y sobretodo ¿Creéis

que a Sid Vicious le habrá dolido tanto como a mí la cabeza?

Texto de Manu Wau.